miércoles, 28 de septiembre de 2011

No temas a la distancia


            Si algún día no me encuentras y sientes que me extrañas como nunca, busca dentro tuyo que ahí viviré por siempre.
           Si en ocasiones te acuerdas de mi rostro y una sonrisa sale de tu boca, déjala fluir, porque seré yo quien ría contigo.
Si mis abrazos no encuentras una tarde, cierra los ojos fuertes y llámame en silencio; veras como notas mi presencia. Porque aunque no lo creas, a cada instante estoy contigo. Mi piel te pertenece, mi alma a ti te entrego.
         Si el sol un día sale más tarde, no te preocupes. Fui yo que retrase su llegada para verte dormida un rato más. Y es que mi alma salta al vacío con cada pestañear de tus bellos ojos. Tu risa el mejor remedio para el dolor de mi corazón.
        Puede que la angustia te aborde y sientas ganas de llorar como nunca. Hazlo. Mi puño invisible te secará la cara y guardará cada lágrima como el más valioso tesoro.
      Y en esos momentos felices de tu vida, yo seré feliz. Disfrutaré tu algarabía y te sacaré mil fotos que guardaré para que me hagan compañía en mis tristes noches. En esas que no entiendo a la vida. En esas que al alejarme de ti, aún más cerca te siento. Es que la vida me ha puesto el más duro de los desafíos: Olvidarte. Lo intento, pero aún así no puedo. Me despierto en las noches y te nombro en silencio. Mi corazón te busca, para seguir latiendo. Las estrellas que te mando cada noche, te acarician el pelo y me traen tu perfume para seguir durmiendo…